No siempre nos conformamos con lo que tenemos. Ya sea por amor propio, o por la imagen más deseada, nos enzarzamos en mil y una aventuras en la búsqueda por ver realizados nuestros sueños estéticos. La razón, sentirnos bien con nosotras mismas y a la vez deseadas por el género masculino.
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Anhelando lo imposible
Ansiamos la perfección. Pocas veces contentos con nosotros mismos, buscamos crecer el ego gracias al bisturí. Los
tratamientos de belleza, que evolucionan de forma continua, cada vez son más capaces de obrar milagros. Antes, la cosa consistía en aumentar el pecho. Hoy día damos volumen a
glúteos, firmeza a caderas, aumento de labios, cambiamos el color de los ojos, eliminamos manchas de la piel, retocamos nariz y mil maniobras más.
El desembolso económico no es precisamente pequeño. Por esta razón, son primero las personas adineradas quienes buscan rehabilitar su fachada exterior. Como es lógico, aquellas que trabajan con su imagen son las interesadas por antonomasia. En este grupo se encuentran las actrices que perseveran en su intento de acercarse al canon femenino, en hallar la perfección física, en ser la mujer perfecta.
La gente las ve en el cine y sólo piensa en parecerse a ellas, y no precisamente en cuanto a estudios interpretativos se refiere. Se trata de imagen. Por lo visto, tener los labios de
Angelina Jolie o los ojos de la mujer de Tom Cruise,
Katie Holmes, satisface al sexo femenino. Así lo afirma el Instituto de Cirugía Estética y Reconstructiva de Beverly Hills.
Según el sondeo que elabora cada año este centro, titulado
"Hollywood's Hottest Looks", son los atributos de las actrices anteriores, sumados al cuerpo de
Jessica Biel, el objeto de deseo de las mujeres que acuden en busca de un cambio. Estos "arreglitos" constituyen parte del físico de la "mujer perfecta".
Los doctores Richard Flemming y Toby Mayer, miembros de la institución estadounidense, niegan que la clientela busque sólo un modelo en concreto. Según dicen, lo que la mayoría pide es imitar cierta parte de la celebridad deseada. Por ejemplo, en el caso del órgano nasal, el perfil a seguir es el de la actriz Katherine Heigl. Por otra parte, a la hora de perfilar unas mejillas, la actriz más requerida es Keira Knightley.
La unión de belleza y riqueza, según como se interprete, puede llevar a interpretaciones erróneas. Buscar de forma única la belleza exterior, pese a la satisfacción que en un primer instante pueda significar, no conlleva al éxito en la vida. No olvidemos que tanto Jolie como Knightley han llegado a la fama tras una ardua carrera en el mundo de la interpretación.
Para conseguir ser la "mujer perfecta", es más necesario hacer acopio de cultivación intelectual. Hay que "amueblar la cabeza" a fin de ofrecer a los demás una imagen positiva tanto interior como exterior. Una operación de cirugía estética, si podemos pagarla, siempre ayudará a corregir nuestros pequeños defectos físicos. La verdadera belleza, sin embargo, y por tópico que suene, está en el interior.